Somos una pareja con cierto compromiso con las familias, mi esposa y yo vamos a cumplir 33 años de vida matrimonial, tenemos 3 hermosas hijas.
A pesar que llevamos una vida normal de amor y respeto mutuo, no comprendía porque mi esposa cuando celebrábamos el día de la madre, permanecía callada, fría, indiferente, mientras yo gozaba, me alegraba y divertía lado de mi mamá.
Mi esposa perdió a sus padres siendo muy tierna, aún mas ni siquiera los conoció, y para ella la celebración del día de la madre es una fiesta mas del calendario, no le decía nada, esta actitud me fastidiaba, me preocupaba, sentía molestia, cólera y hasta pensaba que talvez no quería a mi mamá.
Gracias a Dios tuvimos la suerte de pasar la consulta Abriendo el Corazón y lo que conseguimos cumpliendo con las tareas que ella nos asigno fue maravilloso, como queriendo traer a la memoria y hacer presente a sus padres comenzamos a frecuentar el cementerio para cultivar y rezar a tumbas abandonadas, también asistimos a misas para pedir a Dios por sus padres, para que los tenga en su reino y desde allí nos miren nos cuiden y protejan.
Conforme pasaba los días, yo pude notar que mi esposa recobraba la alegría, la seguridad y sobre todo la confianza que sus padres están en el cielo, donde algún día podrán estar juntos. Ahora además mi esposa se da tiempo para atender, cuidar y esta al lado de mi mamá de su suegra como si fuera su propia madre. Estas nuevas actitudes de mi esposa, hizo que nuestra relación familiar y de pareja se fortaleciera mas ahora nos amamos más y hasta podría asegurar que estamos viviendo nuestra segunda luna de miel y toda nuestra familia esta mas unida que nunca.